Un fractal en expansión:
vivencias en conexión.
Infinitas ramificaciones,
infinitos caminos,
espacios infinitos,
infinitos cruces.
Y nosotros, luciérnagas
naciendo en los nodos,
surcando las ramas,
ineludible destino:
hacia las puntas.
Hacia todas las puntas.
¿Qué punta?
Y en los infinitos cruces
de camino al extremo,
infinitos futuros,
infinita selección.
Hacia la siguiente rama,
a la próxima decisión.
Paralelos a las alas,
vemos todos los "¿Y si...":
todas las pasadas ramas...
Y en nuevas encrucijadas,
llevados a la reflexión:
dudas infinitas,
tentación de inflexión.
El fractal, en expansión,
instiga a la continuación
y miramos de lado un Y si,
siempre la misma cuestión.
Pero a veces, sólo a veces,
vemos nuestro Y si ocupado...
Una luciérnaga inspiradora
escogió lo que yo he apartado.
Y si su luz brilla tanto
que fluye con soltura,
si avanza con ternura
y nos encanta su entramado;
si tiene magia, el nuestro
cobra un sentido más pesado.
La sabiduría del destino:
no dejar llaga en el pasado.