Me gusta soñar contigo.
Pero también saborear tu piel
aquí y ahora,
y no cambiaría por nada este momento,
ni siquiera por la certeza
de avanzar hacia un sueño.
Me gusta soñarme a tu lado.
Pero también descubrir cada día
que seguimos durmiendo juntos
o seguimos deseándonos vernos,
como si fuese una novedad.
Me gusta soñar juntos algo grande.
Pero quiero disfrutar construyéndolo:
inventándonos las instrucciones,
obteniendo resultados imperfectos
y derribando y construyéndolo otra vez.
Me gusta pensar que seremos lo que queramos ser juntos.
Pero mientras tanto quiero llegar a ser
todas las cosas que podamos
hasta descubrir lo que queremos.
Me gusta que seas tú.
Y creer que siempre serás tú.
Y no poder poner un pero.
Aún me sigo preguntando de dónde sale todo.
lunes, 30 de marzo de 2020
El motor y lo inmediato.
sábado, 14 de marzo de 2020
Qué felicidad tenerte.
Estoy enamoradísima de ti.
De cómo hay algo en tu mirada que me dice que estoy bien, que estaré bien, que estaremos bien, mejor que bien.
Incluso con la forma de tu boca, apoyada en una pose completamente relajada, me transmites calma. Y me das ternura con tus ojos, con tus verdes iris y las pupilas contraídas, y con tu mirada cuando es dos manchas negra y blanca desenfocadas si mantenemos juntas nuestras frentes.
Qué impotencia tenerte tan cerca y no verte.
Cuánto te quiero.
Cuánto sé que me quieres.
Qué felicidad tenerte.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)