Es increíble hasta qué punto pueden llegar a afectarte los sueños; teniendo en cuenta que son creaciones de nuestra propia mente. Es decir, algo que sale de nosotros mismos no debería causarnos tal impresión en ocasiones, ¿no?
A veces es la inquietud, o el malestar que una situación imaginaria lúcida logra depositar en nuestro ser; otras veces las dudas, e incluso la seguridad que profiere el autoconocimiento... La sensación de deseo, o incluso el miedo, o la impresión de la percepción a través del sentido del tacto.
He tenido sueños tan extraños, tan vívidos, tan cercanos a mis secretos y reveladores, y tan alejados de todo lo que me resulta confortable... que, últimamente, siempre me despierto con la sensación de que vengo de vuelta de otra realidad.