Aún me sigo preguntando de dónde sale todo.

domingo, 29 de noviembre de 2015

Cambio de rumbo.


Han vuelto las señales. Las canciones de la nada en la cabeza, los sueños abarrotados de cosas y los pensamientos salvadores, y ha vuelto ese sentimiento junto a mis ganas de huír. De nuevo el corazón oprimido, de nuevo temo mi voz y no sé qué decir.
Vuelvo a mis revelaciones. De vuelta a las antiguas canciones.
Dónde estaba, no lo sabía ni yo. Me posicionaba pero no me encontraba ahí, así que he salido a buscarme al único lugar donde sé que verdaderamente estoy.
Hoy he vuelto al prado.
Y me he dado cuenta de que tiene razón.
Ya no soy yo. Me he desviado del camino tantas veces desde la última vez que ha llegado un punto en el que me he salido del mapa conocido. Todo alrededor era nuevo. ¿Y pretendía conocerlo? He comenzado a seguir los mismos patrones que hace tiempo, hasta que he descubierto que ya no perseguía nada. Ahora no tengo rumbo y sólo busco adaptarme.
Pero quiero volver. No quiero que éste lugar se convierta en mi hogar sólo porque no he sabido salir de él.
No inviertas en aquello que no va a definirte, Marina. No inviertas en aquello por lo que no tengas por qué invertir.

Patience - Take that

Dame tiempo (para perder la cuenta de los segundos)


Últimamente no tengo absolutamente nada claro.
Todo se me ha desmoronado y las piezas han adquirido una forma irregular, desproporcionada, difícil de analizar y a veces, incluso, imposible de percibir. Todas ellas, mis mil cosas, se amontonan como ladrillos que van construyendo poco a poco un pozo a mi alrededor, un pozo de agonía que sólo podrá ser utilizado por ángeles, porque empieza en el suelo y va camino de terminar donde no alcanza mi vista.
Tengo que empezar a destruir algunos de mis fantasmas y a devolverles la constitución humana a otros. Si no, todos ellos acabarán conmigo.
El tic-tac del reloj de mi muñeca se encuentra demasiado cerca de mi pulso. Se está metiendo en mis venas. Está marcando el ritmo de la circulación de mi sangre, y si éste se desvía un poco y pierde su compás, mi reloj se alertará por haber perdido un segundo, me quemará la piel y en la queja perderé otro más. Menudo círculo vicioso. Me siento acorralada.
Necesito cambiar o perder el ritmo. Necesito vivir a impulsos.
Parece que todo el mundo espere algo más de mí. Unos quieren que sea excepcional, otros me piden sensibilidad, hay quienes quieren mi atención y todos necesitan de mi tiempo. Y tiempo es lo único que busco yo.
Ni siquiera soy capaz de distinguir si estoy cediendo a todo y dando mi tiempo o más bien haciendo todo por mí. Necesito borrarme y comenzar a dibujar de nuevo.

¿Soy más yo que otros? ¿Soy más de ellos que de mí? Lo único que tengo claro es que yo no soy así.

sábado, 14 de noviembre de 2015

Hoy niebla.

Es tiempo de niebla. Niebla fuera, niebla dentro, niebla en el televisor, niebla en los ojos, niebla en las bombillas.
Es tiempo de amarte, tiempo de que me faltes, y tiempo de niebla en el corazón.
Tiempo melancólico, tiempo frío y triste, tiempo de niebla y desazón.
Tiempo de guerras, tiempo de dolor, tiempo de compasión, de niebla en el suelo.
Y aún tiempo de búsqueda, tiempo de consuelo, tiempo de no tener tiempo, tengo hasta niebla en el reloj.