Aún me sigo preguntando de dónde sale todo.

sábado, 24 de octubre de 2015

Delicat(essen)

Cómo me gustas.

Me muero cuando me nombras. Cada día que pasa vivo alimentada de ti. De tus palabras, de tu pensamiento, del aire de tu respiración que con suerte llega aquí.
De tu polifaceta, tan pronto tímida y recatada como sexy y abrumadora; de tus enfados, de tus risas, de tu tú para mi.
Qué banquete. Qué manjar.

A mis ojos les atraes, te buscan como locos por el menú. Observan tus detalles, tus decoros en chocolate negro, las pequeñas pintas de nata que se encuentran esparcidas por tu superficie. Y tu lisa textura. Pareces ser de aire. Pareces deshacerte en la boca.

Me llega un aroma dulzón y fresco, es el aroma de ti. Expulsas humo vaporoso y caliente, te enfrías lentamente, se me hace la boca agua.

Y si te doy un mordisco... Te escucho romperte en mi, como mil burbujas explotando... A mi lengua le gusta tu tacto. Mi paladar te retiene. Tu licor se expande. Suspiro en el acto.

Una cucharada más de ti, por favor.

Eres delicioso a mi vista.
Eres delicioso a mi olor.
Eres delicioso a mi gusto.
Delicioso a mi tacto.

¿Cómo puedes gustarme tanto?

domingo, 18 de octubre de 2015

V = dr/dt

La velocidad implica tiempo; sin embargo el tiempo no supone ningún tipo de velocidad.
Qué gran contradicción es desear que llegue un momento puntual de todo el tiempo que nos queda, y a la vez querer sentir la delicadeza de los segundos, de los días, escurrírsenos entre los dedos. Qué doloroso es imaginar algo que aún no puede ser y no sabes si será, y qué triste sería volverse inerte, frenar los hechos y mover el tiempo para hacerlo suceder sin que después exista retorno.
¿Qué ocurriría si pudiese tener lo que deseo ahora mismo sin arriesgar nada? ¿Sin colas, sin esperas, sin demasiadas expectaciones?
A lo mejor sería feliz por un momento. ¿Y después qué?

Creo que el tiempo está hecho para aprender. Para que no pensemos demasiado pero no dejemos de pensar en aquello que deseamos, y nos dediquemos a disfrutar de lo que tenemos. Para sentir la emoción del paracaidista que se lanza. Para flotar en el aire, en un lugar intermedio entre el cielo y el suelo que, ni deja de ser aire, ni deja de ser polvo.
Creo que existen espacios temporales donde la velocidad no existe, sólo el lugar y el instante relativo: un después o un antes. O ambos.
Después volvemos -porque antes ya lo estábamos- a estar suspensos.

Volvemos sólo a flotar.

Los infinitos segundos de espera nos confieren algo inmortal.

Do not...

Cornfield Chase - Hans Zimmer

La lluvia me hace imaginar que vienes a acurrucarte conmigo. Que se detiene todo menos el agua y tus latidos en mi espalda bajo la manta. Me hace desear, aún más fuerte, tenerte a mi lado y no hacer nada. Sólo abrazarte y mirarte. Sólo hablarte. Escucharte. Y besarte.
Me gusta estar donde estoy ahora y me gusta el lento paso del tiempo. Pero a veces... A veces me sorprendo imaginándome contigo paseando por Madrid, despertando juntos en una habitación clara con una gran ventana por la que entre mucha luz, Saliendo a cenar una noche de viernes, bien vestidos, y riéndonos como bobos tras tomar unas copas. O caminando por un piso, semidesnudos y con camisas de cuadros, haciéndonos fotos y rozando nuestra piel. Y no sabes cómo lo deseo.
Cómo deseo estar contigo.
Con el tranquilo susurro de la lluvia y tu compañía como banda sonora.
Con los besos que me das y me da tu música.


...go gentle into that good night.


lunes, 5 de octubre de 2015

Mi guerra y paz particular.

5 días. Qué cuenta atrás más larga para verte. Qué impaciente espera.

¿Y quién me lo iba a decir, si no era yo misma?