Aún me sigo preguntando de dónde sale todo.

sábado, 15 de noviembre de 2014

Such a lonely day...


Solía pensar que saber salvaba. Era feliz en mi inocencia.
Creía que ser ingenua daba demasiados problemas, quería creer -y creía- en algo que no sabía si existía. Sólo pensaba en amar, en sentir la calidez de otros labios en los míos, en palpar la ternura de ser el eso, el mismo Eso que yo quería para mi; de otra persona. Quería saber qué se sentía en una relación, quería enamorarme, ser correspondida y ser dañada, quería vivirlo todo, quería aprender todo, porque creía que nada de eso podía terminar tan mal al final. Creía que todos esos sentimientos me harían aprender más y encaminarme finalmente a algo mejor.
Aún lo creo.
Y así fue.
Pero ahora me doy cuenta de que al aprender no sólo se te queda grabado lo aprendido; también cómo aprendiste. Y yo aprendí a ser yo y bastarme a base de convertirme en otras personas, a base de que rellenaran mis espacios. A base de no sentirme suficiente.
Por eso soy sensible a comparaciones, por eso procuro no caer en los brazos de alguien a la mínima. Por eso me duele ser tan invisible, ser tan compasiva; por eso no cuento nada, por si alguien lo rechazaría. Por eso a veces temo equivocarme, por eso mantengo el control, no me salgo de la línea.

Por eso era feliz con lo espontáneo, eso me mantenía viva.

domingo, 5 de octubre de 2014

174, o 92.


Un día más, un día menos, qué más da.
Cuento los días que quedan para volver a verte, porque lo espero con ansia, porque incluso sueño con ello, porque se me acumula dentro la necesidad de abrazarte, besarte y sentirte a mi lado y crece como si fuese una gran estrella de fuego rodando por el centro de la tierra a punto de hacerla saltar por los aires. Y yo saltaré de alegría al verte.
Pero también cuento los días desde el primero en que te vi, porque cada día que pasa es un día más contigo, un día más en que enciendes el cielo que compartimos tanto con la luna si es de noche como con el sol si es de día.
Aunque sigo sin saber por qué razón en ese momento y en ese lugar algo te hizo aparecer en mi vida, ya sé que eso consigue hacerme un poquito más feliz; y para intentar que ese algo le entregue a tu piel un dulce beso de buenos nachos, sigo agradeciéndoselo, cuando pienso que estarás dormido, en cada amanecer.
Te quiero tanto, te quiero tanto que no sé ya qué hacer, porque tanto no me cabe dentro, porque mis pies se enganchan al suelo y cavan surcos infinitos donde guardo mi amor por ti, que se desborda, salta y vuela; y que espero te envuelva al llegar hasta allí.

Affffff, te quiero tanto, ¡¿cómo se puede querer tanto?! Esto se va a escapar de mi.

Si pudiera tan sólo mirarte un segundo, si se pudieran decir tantas cosas aquí... A veces pienso que faltan muchas palabras en un mundo en el que se puede sentir mucho por ti.


domingo, 7 de septiembre de 2014

Sin habla.

Sin habla por no poder respirar -o respirar muy bien- de tanto aire puro en mis pulmones, por llenarme de mil cosas y vaciarme de palabras.
Cada simple esquina rebosa vida, tan pronto es un laberinto como una referencia, me va a faltar el aire en cuanto salga de aquí.
Pero sin respiración, aunque no mucho tiempo, se aguanta; y cuando vuelva a por algo más de oxígeno apreciaré cómo él sólo entra en mi y se expande por mis pulmones, bronquios y venas; podré sentir cómo mi corazón bombea acelerado en el primer momento en que permita al aire estremecer cada célula de mi ser.
Todo alrededor deja escucharse música: mala, buena o, si hay dudas, la del mar. Nosotros cantamos, salgan gallos o salga la luna, y si nos llueve es selección natural. Lugar que te abraza como un hogar, gente que te trata como a una más; montes perdidos e higos chumbos de maíz, vistas inigualables y me haces feliz.

Gracias, y no escribo más porque sobran las palabras.

martes, 12 de agosto de 2014

To Swallowdale. ♡


Two weeks, two days and a half far from there. Swallowdale, that magic place. I miss it! I miss everyone, I miss everything from there, I've even started to miss the showers.

Swallowdale is not just an international summer camp where you meet people and do activities or where you go back from right as the same person you'd come. Swallowdale is a place to grow up, to change for better, to realise what is the most important thing in the world while you're playing the guitar with your friends watching those amazing sunsets. It's that place where you look right to someone's eyes and see happiness, amusement and friendship. And if you don't, you go right where that person is and make him/her feel better, even if you didn't know you had the power to do that.
Swallowdale make us be heroes.
It's full of nature, sunlight -wich makes us see things better- and beauty. But you don't just find these things outside, no. Because every single person at Swallowdale is a different flower, has a special shine and beauty and has the power to make you love it so much that the day you're going from there you'll cry fairy lakes...
But you'll cry because you'll be thankful.

I thank you, Swallowdale, for being my home for four weeks, for teaching me so many things, for letting me be part of you and for being my family forever... I promise I won't forget you, a piece of my heart is still there.

viernes, 8 de agosto de 2014

Concluya(m)os:


Jamás hubiese pensado que en un país tan alejado del mío, en un continente distinto, atravesando un océano tan inmenso pudiese encontrar un lugar que me hiciese sentir casi más de él que mi propia habitación. Jamás imaginé que un espacio abstracto pudiese ser lo que te hiciese a ti especial, en vez de al revés; pero sí, cuando ese lugar es el corazón de alguien, ocurre. Todo ocurre entonces.

Of course, esto lo escribo para ti.

Quizá no diga nada importante, no puedo saberlo porque todo son metafóricos pensamientos fugaces que sobrevuelan mi mente y que agarro con fuerza -a veces demasiada-, pero es que a veces, por más que piensas, no llegas a ninguna conclusión.
Nevermind, ahora no voy a empezar otra larga lista de agradecimientos, sería hacerte leer demasiado y ser bastante maíz.

Cuento mil estrellas en el cielo.
Algunas hasta parpadean...
Daría lo que fuera por cogerlas, tocarlas,
Admirarlas sin que me vean.
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Diles que bajen, con polvos mágicos o algo de eso,
Imiten a peter pan y me envuelvan en un verso
para Armarme de valor, ir, mirarte y robarte un beso.
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Querría irme contigo a donde fuera
Una noche a las once sin estrellas en el cielo
y Encenderla a pesar de estar fría como el hielo,
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Para evitar que un fuego como éste muera.
A veces simplemente cierro los ojos
Sólo un segundo, y estás a mi vera
A veces me es imposible borrar a mi antojo
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Todas las caricias que mi recuerdo crea.
Eres una palomita que la guitarra toca,
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Que vuela un poco y aterriza en mi boca.
Un vuelo perdido, un (b)arco fantástico,
la Inestabilidad en un trampolín acuático.
Esa sonrisa discreta, ese abrazo mágico,
una Ropa cálida cuando estaba en el ártico.
Ojalá, te juro, ojalá pudiera
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Mirarte ahora mismo frente a frente,
y Acunar el tiempo con la canción que escondiera
la alegría que Siento por volver a verte.

miércoles, 18 de junio de 2014

Aunque sé que no es eterno.


Hoy me dirijo al viento que se ha ido, porque no encuentro nadie cerca a quien pueda dirigirme.
A mi alrededor hoy sólo veo mares de plata y silencio que me envuelven en un tibio y denso calor agobiante, que me paralizan los músculos y me debilitan cuando pronuncio el mísero eco de un suspiro. Miles de burbujas brillan y flotan dirigiéndose, suspendidas y exponiendo sus policromáticas formas redondeadas, hacia la superficie de Dios sabe dónde, porque allí arriba parece no haber nada más que el interior del enorme sombrero de copa (lleno de los agujeros por donde entran tanto la luz como las liebres y las palomas blancas) que lleva un misterioso mago llamado Universo; en el hipotético caso de que exista realmente algo.
La poderosa lujuria, vestida de hilos de oro y túnicas de seda y rubí, se apodera de mi mente, a la que le ataca de repente una nueva oleada, pero ésta vez de llanto escondido e incontrolado, llanto indefenso, manso y sincero, un llanto lejano a cualquier encanto. De nuevo esa montaña rusa que viaja por todo mi circuito sanguíneo, de nuevo las mismas tómbolas, los mismos tongos, el mismo exacto lugar del que no recuerdo cómo logré salir. Me recuerda a una resaca sin motivo, un cansancio inexpresivo; la inversión de mil gotas de lluvia cayendo sobre el invierno, matándole y reviviéndome a mí con él.
Y que le den si no vuelve, en tal caso iré a buscarle yo a él.

martes, 22 de abril de 2014

Mientras tú las entretienes, yo me dedico a observar a la gente.


Mira las calles. Contémplalas, están vivas, brillantes, llenas de gente, ondulantes y tranquilas, calmadas cuales caracoles afectados por este calor decente. Y mientras tú las entretienes yo me dedico a observar a la gente.

Por la derecha, muy pegado a las fachadas, un hombre de negocios de sombrero torcido bajo el que oculta una cuenta mal hecha, se ajusta una corbata con cuya posición pregunta si aquello será un error grave.
Detrás de él y más hacia el centro, una adolescente indecisa con aspecto seguro y sonidos taponados por música de discoteca huye de una mala decisión que la lleva persiguiendo desde el metro.
El joven universitario que aparece poco después de ella, con cara de satisfacción y la cabeza fija en su posición alzada, se derrumba por dentro en agonizantes segundos lentos.
En el centro, casi a mi lado, una mujer elegante y prepotente carga sobre sus hombros el peso de su mirada llena de negrura, con un regusto amargo de sonrisa caída y tacones de tortura.
¿Y ese muchacho algo a la izquierda? Tampoco se libra, sus ojos malditos inundados de por vida a lanzar al vacío la eterna consecuencia -el alma le tiembla y le vibra- de sus miles de decepciones.
Ah, y el pequeño niño de la otra acera que juega con una pelota, sus preocupaciones son menores mientras para él son mundos, pequeñas heridas sangrantes y subidas de humos.

It's too late to apologize.

Todo el mundo tiene algo de lo que arrepentirse, algo por lo que disculparse, no existe humano que no haya destruido alguna vez. Todos rompemos platos, todos fallamos, todos decepcionamos, todos mentimos y todos soñamos; a veces, incluso lo hacemos demasiado.
Todos tenemos defectos, nadie es perfecto, pero también todos podemos cambiarlos.

Rectifiquemos:



It's not too late to apologize.






sábado, 5 de abril de 2014

No me arrepiento de habérselas vendido al viento, porque el tiempo, al ver que miento, se las llevó.



... Y no sé si se trata de la brisa marina, de la canción que suena o del bohemio paseo en coche alrededor de las típicas luces pixeladas de película, pero ahora, en este preciso instante, te estoy echando de menos.

Quizá porque cortamos muchas líneas buscando mejores destinos, quizá porque apostamos sin perder muchas cosas que por entonces no teníamos.
Cuántas palabras, tantos secretos, esas revelaciones y el contenido y fugaz deseo. Las alas que me dabas, nuestras promesas heladas; las alarmas que despertabas en mi soledad extensa, lo que significabas luego y lo sereno que quemabas con llama intensa: fuego incontenido, ardor interno, agonizante alarido, escalofrío eterno. Una sonrisa por aquí, una bobada por allá, un pequeño gesto inocente y una confesión sin hablar; una canción, un "dejarse llevar", muy poca práctica y demasiado hablar.

Y me arrepiento de habérselas vendido al viento, porque el tiempo, al ver que lo siento, se las llevó.

Porque pensamos demasiado en vez de sentir primero, por sentirnos obligados contra el frío invierno. 
Y cuánto me gustaría decirte lo agudo que es este silencio, lo mucho que falta aquí tu esencia y lo mucho que te quiero, cuánto te estoy echando de menos, preguntar dónde quedó ese sentimiento, contarte en cuántas cosas te miento, y verte de nuevo por dentro; y si te incomoda, lo siento. 

Tengo la sensación de haberlo hecho todo al revés, de dudar si estos impulsos renuncian o no a mi piel. 
¿Y si nos dejamos llevar de una vez? ¿Suena eso demasiado bien? 



Y no, en realidad no te estoy echando de menos; 
suelo hacerlo desde que dejamos de vernos. 



miércoles, 26 de marzo de 2014

Sentir sin sentido.





Hoy escribo por no dirigirme a nadie, por no ser vigilada por los miles de ojos invasores, invisibles e invisores que mi sola mente crea. Hoy escribo para sacar a paseo todo lo que toca mi coraportero, se ríe cuando descuelgo y se marcha con superioridad. Todo eso que no soporto de cada momento, todo lo que querría despegar de la suela que me va a pisar.
A veces me pregunto qué me hace bajar la guardia, cómo de repente me siento tan sola. Por ser tanto yo, puede ser, y no tanto tú como otros; y porque otros no vayan tanto por tús que por yos, y porque yo quede bajo yos y sobre tú(mba)s.
Escribo frases sentidas aparentemente sin sentido, pero no me privo de dárselo, a mi manera; y aunque siento que nada de esto me llena, me completa un poco más, sin estar entera.
Hoy escribo aquí por sentir que no hay nadie a quien deba dirigirme, por sentirme vacía de nuevo, fría y melancólica; escribo (o cualquier cosa) matándome a golpes con el aire, con tal de sentir que soy de ello como alcohólica.

lunes, 17 de marzo de 2014

Noches.


Abismal, fantasmal, claridad, oscuridad.
Luceriérnagas luciendo sobre la luz de las luces, la luna; sombras danzantes al son de melodías cantadas por las mareas apaciguadas. 
O revueltas.

Como un día más, un día cualquiera o, mejor dicho, como el final de un día cualquiera, emerge la noche desde la inmensa profundidad del ociéalo y se planta en la superficie del mar de estrellas sobre el que me encuentro suspendida. Observo con tranquilidad el anochecer del sol y el amanecer de la luna, su bostezo perezoso e, inmediatamente, su incansable ansia de fiesta. Su luminosidad, su traje de gala blanco, más limpio y exacto que nunca; cómo deslumbra, cómo destaca, a pesar de ser ella quien enciende la presencia de sus amigas, las juergrellas. 
Esta noche sale a bailar, pero... ¿qué hace cuando las no-tan-juergrellas se esconden bajo las mullidas y oscuras mantas de sus camas eternas? 

La luna reina la noche, la pinta, la colorea con suaves caricias de halos de la luz blanca del polvo mágico que la hace cobrar vida, la acuna, la espanta, la araña, la amamanta, tomando la noche cada día una conducta, a ratos endeble porque a ratos se cansa, unas veces rebelde, y otras veces mansa. 

La noche que nace despierta a sus criaturas, altera las partículas y vence las alturas; la noche, libre, con el viento en popa, el pelo suelto y sumergida sin ropa, es la hermosa noche que suele llevar la corona, la que se maquilla en cubiertos, la que se muerde la boca.
La noche que piensa, los vientos que hablan, las flores abiertas si sueñan con hadas, mariposas plateadas que el vuelo alzan, la noche en que el alma se llena de calma, es la noche fantástica, en la que cualquier cosa pasa, la estrella fugaz que deselvuelve la magia.
La noche que corre, siempre a su antojo, recorre el mundo y se quita despojos, rerrecorre su camino sin echarle mucho ojo y lo descorre todo sin crear destrozos,






Esa es La noche de pocos, Mi noche de locos, la noche de feria en la que no hay más que focos.



sábado, 22 de febrero de 2014

Hoy sólo es cosa del resto de dividir una rosa y su tiesto.


Quizá una fugaz escapada al mundo de la autosuficiencia no sea suficiente.
Será egoísmo, autoconsuelo o egocentrismo, pero en ésta ocasión hablaré de mí por no echarle la culpa más al resto.
Hoy sólo es cosa del resto de dividir una rosa y su tiesto.

Me siento tan debajo que el suelo parece una maravilla, tan debajo de algo que suele ser mayor que yo. Mucho por detrás en la carrera contra la impotencia, muy atrasada y quebrándome la voz. No parece tan fácil sacar los pensamientos fuera cuando no sabes quién los oirá, cuando una risa se lo lleva todo y el papel se quemará. No es siquiera tan simple pertenecer a algún lugar cuando apareces, desapareces y vuelves sin más. A veces entre ausencias se suceden las secuencias y cuando vuelves ya no bastas pa' jugar a las subastas; pero a ratos es peor cuando tu sitio sufre arritmia y en el cielo de las penas tus treguas son nefastas.


Desesperación en cada minuto de espera, soledad bajo la espera de una canción, tiempo corriendo mientras esa canción no llega, ese vacío tras la llegada de un avión. 





miércoles, 12 de febrero de 2014

Digamos algo cierto.


Las rosas son rojas, el cielo es azul
pero por más que lo evite, siempre estás tú.

Fantasmas. Eres una sombra fantasma, transparente, desapercibida; pero oscura, decidida a dar conmigo cada uno de los pasos que yo doy sin darte cuenta.



-Bú. -dices con tus labios sin emitir ningún sonido.
-♥. -dice mi subconsciente de visibilidad sin haberte oído.





Es como si te sacase de paseo, como si hiciese el papel de guía turística durante la visita del escenario donde se rueda mi película. Como si no estuvieses más que de paso y fueses a marcharte enseguida, con cara de pasmo y asombro y un kilo más de Facilidad de Ignorancia encima. Como si realmente me distrajeras estando conmigo, como si, extrañamente, me extrañase cuando te hubieses ido. Como si no te hubiese visto hasta el final del baile, como si hubieses recuperado tu activismo positivo. Como si fueses un arco iris vacío, como si volvieses tu tono de piel colorido. Como si me siguieses para mantener ocupado tu tiempo, o para desperdiciar el mío; sin darme nada a cambio y quejándote del frío. Como un huésped exigente, inconformista y sombrío, como un hombre de prácticas con miedo a su destino.

Eres un vagón sin tren, un velero a la deriva; sigues las huellas a tus pies sin ver las marcas de la herida.
Mides, meticuloso, cada centímetro trigonométrico; por más que se mueven las agujas no logras estarte quieto.

Eres el recuerdo de algo logrado u olvidado, una meta confusa que jamás he deseado,
un débil sueño jamás pronunciado y que, ganado o perdido, no se da ni se dará por aludido.


domingo, 9 de febrero de 2014

Eses.


Inviernos.

Inviernos fríos, largos, nevados, helados, productivos, vagos, soleados; simplemente inviernos.
Pequeños cruces entre cables ya entrecruzados, alocados impulsos vendidos en tiendas de locuras impredecibles. Descripciones frías y sensaciones oscuras, corazones descorazonados e imágenes luminosas. Ondas de sonidos suaves, olas de aguas serenas, fuertes vendavales y lluvias inundadas, mentes evadidas, estancadas, malhumoradas, o de alegrías intensas. Eses susurradas, resbaladizas, constantes, repitiendo los inviernos plurales, incesantes, continuos, amenazantes. Líneas de suelos aguados, empapados de amaneceres coloreados con las pinturas de niños inocentes y sonrientes como dibujos relucientes en mundos de tragedias. Mentiras reveladas, decepciones aumentadas, niveles bajo subsuelos húmedos e infinitos hacia inframundos jamás imaginados. Sueños intensos, paralelos, distanciados de realidades fugaces, pasajeras, viajeras, burlonas. Apariencias engañosas, animales de sombras escondidas en bosques cantantes, giratorios, hambrientos de vientos feroces e ironías descubiertas; muecas graciosas, absurdas; canciones e inventos; tiovivos cansinos, incontrolables; más eses locas, confiadas, despiertas, dormidas, zigzagueantes, exasperantes. Batallas de curvas rectas, maléficas, chillonas, hipnotizantes, contra constelaciones de estrellas pequeñas, curiosas, risueñas, brillantes. Espadas de dudas envenenadas e historias perdidas, ciencias antiguas y fórmulas modernas, lágrimas precipitadas y ríos de sangres tibias. Brisas de polvos negros y magias ocultas, letras, cuadernos, nubes, miradas...

...y soles espléndidos.


sábado, 25 de enero de 2014

Being a part of somewhere apart.


Retorno a terreno peligroso, desconocido, extraterrestre.

Camino con prisa, a veces procuro correr, y siento que bajo mis pies no hay más que barro que se desliza sin dejar que me mueva. La brisa anuncia un invierno frío con mañanas primaverales, en el que me protejo tras el abrigo de mi propia piel tan pronto como derrocho energía girando alrededor de los árboles sin ton ni son. Estoy hecha un remolino, a veces móvil, a veces regocijado entre mi propia trayectoria enrevesada. Mis ojos oscuriclaros empiezan a confundir las verdaderas razones de cada cosa que me pasa, ya lo asocie a estaciones, a cosas de psicología incomprensibles, a astros o a domingos. Sin quererlo canto nanas a las piezas de los puzzles para procurar que se junten incluso sin poseer siquiera hendiduras, cuando ni siquiera forman parte de ninguna parte. 



Si tuviera que decir a dónde pertenezco ahora mismo diría que a la luna, seguramente, o quizá al mullido resguardo de algún bivalvo ya sin vida del fondo del mar. Sentirse un lunático, un extraterrestre en tierra propia no es algo desconocido para mi velero viajero, y sabe bien qué es lo que debe hacer para no vagar a la deriva sin rumbo ni norte. 


Basta ya de formar parte de ninguna parte. Re-formaré parte de algún lugar aparte.

sábado, 4 de enero de 2014

Delirios del amor.


Avanzo. Avanzo sin más: unas veces gateo, otras cojeo, camino o corro; otras veces doy saltos y, si me duelen los pies, alzo el vuelo. Incluso en pequeños momentos me quedo parada y miro hacia atrás, o me quedo sola, o demasiado acompañada, pero al fin y al cabo, avanzo. 

Últimamente me he acostumbrado a pensar que contigo al lado avanzo también. Pero, ¿acaso se le llama avanzar al constante bucle de dudar, admitir, sacrificarse, ser herido y dudar de nuevo? 

Las palabras no hacen mucho ya, se han acostumbrado a su vulgar vida virtual y constante, han adoptado los rasgos enfermizos de la rutina y casi puedo notar cómo el estrés va arruinando la existencia de las neuronas mentales positivas que hacían que querer pareciese fácil. Otra vez. 
Pero recuerdo que la última vez tuve la corazonada de que no volvería a serlo, de que a partir de entonces aprendería realmente el valor del místico, escurridizo y enrevesado amor. Supongo que todo esto tiene entonces el fin de hacerme avanzar... Pero, ¿y si todo quedase en miles de intentos progresivos, pero fallidos, por parte de las neuronas positivas de repuesto? y, si llegase a obtener resultados, ¿no habría sido casi innecesario todo este entrenamiento previo? 

Cuando los millones de hilos de plata retorcidos, cardados y electrizados de delirios amorosos te atrapan desde dentro, te envuelven el corazón destruyendo su capa protectora y sustituyéndola por una mil veces más frágil, y se introducen en tu sangre asegurándose de que la incomprensible y hermosa enfermedad se expande por todo tu cuerpo, puedes asegurarte de que estás totalmente involucrado en la búsqueda de su sentido.

Vetusta Morla - Copenhague.




Él corría, nunca le enseñaron a andar,
se fue tras luces pálidas.
Ella huía de espejismos y horas de más...

Aeropuertos, unos vienen, otros se van,
igual que Alicias en ciudad.
El valor para marcharse, el miedo a llegar...

Llueve en el canal,
la corriente enseña el camino hacia el mar.
Todos duermen ya...
Dejarse llevar suena demasiado bien,
jugar al azar, nunca saber dónde puedes terminar,
o empezar...

Un instante mientras los turistas se van,
un tren de madrugada consiguió trazar
la frontera entre siempre o jamás...

Llueve en el canal,
la corriente enseña el camino hacia el mar.
Todos duermen ya...
Dejarse llevar suena demasiado bien,
jugar al azar, nunca saber dónde puedes terminar,
o empezar...

Ella duerme tras el vendaval,
se quitó la ropa y sueña con despertar
en otro tiempo y en otra ciudad...

Dejarse llevar suena demasiado bien,
jugar al azar, nunca saber dónde puedes terminar,
o empezar...