Aún me sigo preguntando de dónde sale todo.

domingo, 4 de agosto de 2013

Sejas es mi vida, y su gente mi pasión.


Gracias.

¿Que por qué? Por todo lo que me habéis demostrado, por todo lo que me habéis hecho aprender...

No pensé que en doce días una flor pudiese crecer tanto como para llegar a tocar la barrera del infinito y seguir más allá, rodear con sus brazos las estrellas y agruparlas a todas con finos hilos de plata, creando una complicada y hermosa red que se extiende a la larga a ras del cielo, ya siendo de día, ya siendo de noche. Ni siquiera mi alocada mente había llegado nunca a imaginar que en algún sitio del mundo tan cercano a mí existiría gente tan maravillosa, alegre y cariñosa como lo sois vosotros; personas que disfrutan la vida pedazo a pedazo, brisa a brisa, gota a gota, sin importar el cuándo, el dónde o el qué, sin pararse a pensar en el quién, el cuánto o el cómo; humanos que viven por dar lo que tienen: todas esas muestras de cariño, esos compromisos y ese interés en ver sonreír al resto. Con vosotros me he sentido rodeada de amigos, de gente querida, de personas auténticas y apasionadas que viven de verdad en vez de limitarse a sobrevivir. He visto siempre entre nosotros esos hilos de plata que nos envuelven y no nos separan, esa amistad incondicional y el cariño fraternal que me hacía sentir como en casa... Y quereros cada día más, y todos esos recuerdos que hemos forjado con el tiempo y la alegría, y la fuerza de ser todos una misma persona, y el compartir una misma forma de vivir el día a día hacen que no quiera perderos, que desee estar para siempre en ese albergue en el que se ha quedado una parte de cada uno de nosotros que jamás se irá de allí.
Gracias, porque han sido doce días inolvidables, miles de experiencias inigualables, muchas personas excepcionales y un montón de secretos y cotilleos irrevelables... Por cómo sois cada uno de vosotros, con vuestras torpezas y estupideces y cada cosa que os hace especiales y os abre una puerta en los corazones del resto.




Y porque, después de todo, sé que donde hay gente hay alegría; y donde hay alegría, hay amor; y con esto y unas "pocas" lágrimas de despedida, hay una familia que demuestra que siempre, SIEMPRE, perdurará en el corazón.

Sus quiero.